martes, 18 de octubre de 2011

REGLA DE ORO


Significado de la palabra excusa: “Motivo o pretexto que se invoca o se utiliza para eludir una  obligación o disculpar alguna acción” (DRAE )

Sinónimos: evasiva, subterfugio, pretexto, escapatoria. (Sainz de Robles)

Parábola de la cena (Lucas14:15 – 24).  “Un hombre dio una gran cena y mando a invitar a muchas personas […] pero todas se excusaron.  El primero dijo: “Acabo de comprar un terreno y tengo que ir a verlo.  Te ruego me excuses”. Otro dijo: “He comprado cinco yuntas de bueyes y tengo que ir a probarlas. Te ruego me excuses”.  Y otro dijo: “Acabo de casarme y no puedo ir.  Te ruego me excuses”.  El criado regresó y se lo contó  e su amo. Entonces el amo se enojó y le dijo al criado: “Ve pronto por las calles de la ciudad y trae acá a los pobres, inválidos, los ciegos y los cojos […]  Ve por los caminos y los cercados y obliga a todos a entrar, para que se llene mi casa.  Porque les digo que ninguno de aquellos invitados comerá de mi cena”. 

Yo no he sido.  Excusas, disculpas y justificaciones que utilizamos para protegernos de Francisco Gavilán (escritor español) Dice Gavilán: “El ser humano tiene propensión a elaborar automáticamente – consciente o inconscientemente – excusas, disculpas, pretextos, justificaciones y argucias para neutralizar situaciones comprometedoras para él.  Estas estrategias son conocidas como mecanismos de defensa.  Son explicaciones ventajosas basadas, muchas veces, en trucos tontos y transparentes,  Otras, son justificaciones muy rebuscadas que intentan racionalizar un error cometido o defenderse de una acusación.  En cualquier otro caso, las excusas, por ilusorias que puedan parecer, permiten a la gente “salvar la cara”, “proteger su autoestima”, “apaciguar la propia conciencia” o “reducir la ansiedad que provoca una frustración” […]  Aunque muchos fabricantes de excusas saben – o intuyen – que detrás de estas hay realmente un conflicto psicológico, muy pocos están dispuestos a considerarlo seriamente”. 



            ¿Qué tengo yo que mi amistad  procuras?      
¿Qué interés se te sigue, Jesús mío
que a mi puerta, cubierto de rocío
pasas las noches del invierno a oscuras?

¡Oh cuánto fueron mis entrañas duras
pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío
si de mi ingratitud el yelo frío
secó las llagas de tus plantas puras.

¡Cuántas veces el ángel me decía:
Alma asómate agora a la ventana
verás con cuánto amor llamar porfía!

¡Y cuántas, hermosura soberana:
Mañana le abriremos – respondía –,
para lo mismo responder mañana!

                                                                                          Lope de Vega (poeta español 1562-1635)

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