sábado, 29 de octubre de 2011

Conjugación del verbo querer


FORMAS NO PERSONALES
Infinitivo
querer
Participio
querido
Gerundio
queriendo
INDICATIVO
SUBJUNTIVO
Presente
quiero
quieres / querés
quiere
queremos
queréis / quieren
quieren
Futuro simple o Futuro
querré
querrás
querrá
querremos
querréis / querrán
querrán
Presente
quiera
quieras
quiera
queramos
queráis / quieran
quieran
Pretérito imperfecto o Copretérito
quería
querías
quería
queríamos
queríais / querían
querían
Condicional simple o Pospretérito
querría
querrías
querría
querríamos
querríais / querrían
querrían
Pretérito imperfecto o Pretéritos
quisiera o quisiese
quisieras o quisieses
quisiera o quisiese
quisiéramos o quisiésemos
quisierais o quisieseis / quisieran o quisiesen
quisieran o quisiesen
Pretérito perfecto simple o Pretérito
quise
quisiste
quiso
quisimos
quisisteis / quisieron
quisieron
Futuro simple o Futuro
quisiere
quisieres
quisiere
quisiéremos
quisiereis / quisieren
quisieren
IMPERATIVO
quiere (tú) / queré (vos)
quered (vosotros) / quieran (ustedes)

martes, 25 de octubre de 2011

Sobre el tema del género en el español


  Este tipo de desdoblamientos son artificiosos e innecesarios desde el punto de vista lingüístico. En los sustantivos que designan seres animados existe la posibilidad del uso genérico del masculino para designar la clase, es decir, a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos: Todos los ciudadanos mayores de edad tienen derecho a voto.
  La mención explícita del femenino se justifica solo cuando la oposición de sexos es relevante en el contexto: El desarrollo evolutivo es similar en los niños y las niñas de esa edad. La actual tendencia al desdoblamiento indiscriminado del sustantivo en su forma masculina y femenina va contra el principio de economía del lenguaje y se funda en razones extralingüísticas. Por tanto, deben evitarse estas repeticiones, que generan dificultades sintácticas y de concordancia, y complican innecesariamente la redacción y lectura de los textos.
  El uso genérico del masculino se basa en su condición de término no marcado en la oposición masculino/femenino. Por ello, es incorrecto emplear el femenino para aludir conjuntamente a ambos sexos, con independencia del número de individuos de cada sexo que formen parte del conjunto. Así, los alumnos es la única forma correcta de referirse a un grupo mixto, aunque el número de alumnas sea superior al de alumnos varones.
  [Más información sobre esta cuestión y otras relacionadas con el género gramatical, en el Diccionario panhispánico de dudas, s/v

Palabras con igual pronunciación pero con funciones gramaticales distintas


  a) porqué
  Es un sustantivo masculino que equivale a causa, motivo, razón, y se escribe con tilde por ser palabra aguda terminada en vocal. Puesto que se trata de un sustantivo, se usa normalmente precedido de artículo u otro determinante:
  No comprendo el porqué de tu actitud [= la razón de tu actitud].
  Todo tiene su porqué [= su causa o su motivo].
  Como otros sustantivos, tiene plural:
  Hay que averiguar los porqués de este cambio de actitud.
  b) por qué
  Se trata de la secuencia formada por la preposición por y el interrogativo o exclamativo qué (palabra tónica que se escribe con tilde diacrítica para distinguirla del relativo y de la conjunción que). Introduce oraciones interrogativas y exclamativas directas e indirectas:
  ¿Por qué no viniste ayer a la fiesta?
  No comprendo por qué te pones así.

  ¡Por qué calles más bonitas pasamos!
  Obsérvese que, a diferencia del sustantivo porqué, la secuencia por qué no puede sustituirse por términos como razón, causa o motivo.
  c) porque
  Se trata de una conjunción átona, razón por la que se escribe sin tilde. Puede usarse con dos valores:
  • Como conjunción causal, para introducir oraciones subordinadas que expresan causa, caso en que puede sustituirse por locuciones de valor asimismo causal como puesto que o ya que:
  No fui a la fiesta porque no tenía ganas [= ya que no tenía ganas].
  La ocupación no es total, porque quedan todavía plazas libres [= puesto que quedan todavía plazas libres].
  También se emplea como encabezamiento de las respuestas a las preguntas introducidas por la secuencia por qué:
  —¿Por qué no viniste? —Porque no tenía ganas.
  Cuando tiene sentido causal, es incorrecta su escritura en dos palabras.
  • Como conjunción final, seguida de un verbo en subjuntivo, con sentido equivalente a para que:
  Hice cuanto pude porque no terminara así [= para que no terminara así].
  En este caso, se admite también la grafía en dos palabras (pero se prefiere la escritura en una sola):
  Hice cuanto pude por que no terminara así.
  d) por que
  Puede tratarse de una de las siguientes secuencias:
  • La preposición por + el pronombre relativo que. En este caso es más corriente usar el relativo con artículo antepuesto (el que, la que, etc.):
  Este es el motivo por (el) que te llamé.
  Los premios por (los) que competían no resultaban muy atractivos.
  No sabemos la verdadera razón por (la) que dijo eso.
  • La preposición por + la conjunción subordinante que. Esta secuencia aparece en el caso de verbos, sustantivos o adjetivos que rigen un complemento introducido por la preposición por y llevan además una oración subordinada introducida por la conjunción que:
  Al final optaron por que no se presentase.
  Están ansiosos por que empecemos a trabajar en el proyecto.
  Nos confesó su preocupación por que los niños pudieran enfermar.
[Véase el Diccionario panhispánico de dudas, s/v porque y porqué].

  Aunque a ver y haber se pronuncian de la misma forma, deben distinguirse adecuadamente en la escritura.
  a) a ver
  Se trata de la secuencia constituida por la preposición a y el infinitivo verbal ver:
  Vete a ver qué nota te han puesto.
  Los llevaron a ver los monumentos de la ciudad.
  Como expresión fija, presenta distintos valores y usos:
  • En tono interrogativo, se emplea para solicitar al interlocutor que nos deje ver o comprobar algo:
  —Mira lo que he comprado. —¿A ver?
  • Expresa, en general, expectación o interés por saber algo, y va normalmente seguida de una interrogativa indirecta:
  A ver cuándo nos dan los resultados.
  • Se utiliza para llamar la atención del interlocutor antes de preguntarle, pedirle u ordenarle algo:
  A ver, ¿has hecho lo que te dije?
  A ver, trae el cuaderno.
  • Equivale a claro o naturalmente, como aceptación de algo que se considera inevitable:
  —Pero ¿al final os vais? —¡A ver! Si no lo hacemos, perdemos el dinero de la reserva.
  • Delante de una oración introducida por la conjunción si, expresa, bien expectación, curiosidad o interés, a veces en forma de reto; bien temor o sospecha; bien deseo o mandato:
  ¡A ver si adivinas lo que estoy pensando!
  A ver si te caes.
  A ver si eres más organizado de ahora en adelante.
  En muchos de estos casos la secuencia a ver puede reemplazarse por veamos, lo que pone de manifiesto su relación con el verbo ver y no con el verbo haber:
  A ver con quién aparece mañana en la fiesta [= Veamos con quién aparece mañana en la fiesta].
  A ver si te atreves a decírselo a la cara [= Veamos si te atreves a decírselo a la cara].
  b) haber
  Puede ser un verbo o un sustantivo:
  • Como verbo, haber se usa como auxiliar, seguido de un participio, para formar los infinitivos compuestos de la conjugación:
  Haber venido antes.
  Tiene que haber sucedido algo.
  Sigo sin haber entendido lo que ha pasado.
  También se emplea como infinitivo del verbo impersonal que denota la presencia o existencia de lo designado por el sustantivo que lo acompaña:
  Parece haber un chico esperándote en la puerta.
  Tiene que haber muchas cosas en el frigorífico.

   
  • Como sustantivo, haber es masculino y significa, en general, ‘conjunto de bienes o caudales de una persona’:
  Su haber era más bien escaso.
   

  Aunque en zonas de seseo has y haz se pronuncian de la misma forma, deben distinguirse adecuadamente en la escritura.
  a) has
  Se trata de la forma correspondiente a la segunda persona del singular del presente de indicativo del verbo haber (yo he, tu/vos has, él ha, nosotros hemos, vosotros habéis, ellos/ustedes han), con el que se forman los tiempos compuestos de la conjugación. Así, la forma has, seguida del participio en -o del verbo que se está conjugando, da lugar a la segunda persona del singular del pretérito perfecto simple (o pretérito) del modo indicativo:
  Has llegado tarde.
  ¿Has ido a ver a tu padre?
  Esta forma se emplea además como segunda persona del singular del presente de indicativo de la perífrasis verbal haber de + infinitivo, que denota obligación o necesidad y equivale a la más frecuente hoy tener que + infinitivo:
  Has de estudiar más. [= Tienes que estudiar más].
  Has de saber que serás castigado. [= Tienes que saber que serás castigado].
  b) haz
  Como verbo, se trata de la forma de imperativo correspondiente al pronombre tú del verbo hacer:
  Haz lo que te digo o no te dejaré salir.
  Haz lo que tengas que hacer.

  La mayor parte de los hispanohablantes pronuncian estas tres palabras de la misma forma, ya que está muy generalizada la pérdida de la distinción de los sonidos que representan las grafías ll e y. Pero conviene distinguirlas adecuadamente en la escritura:
  a) haya
  Puede ser un verbo o un sustantivo:
  • Como verbo, es la forma de primera o tercera persona del singular del presente de subjuntivo del verbo haber. Con este valor se utiliza, bien seguida de un participio para formar el pretérito perfecto (o antepresente) de subjuntivo del verbo que se esté conjugando (haya visto, haya mirado, etc.), bien como verbo de una oración impersonal:
  Espero que Luis haya aprobado.
  No cree que el niño se haya vestido solo.
  Quizá haya algo que podamos hacer.
  Si estas oraciones se expresasen en otro tiempo verbal, la forma haya sería reemplazada por otra forma del verbo haber:
  Esperaba que esta vez Luis hubiese aprobado.
  No creía que el niño se hubiese vestido solo.
  Quizá habría algo que pudiéramos hacer.
  • Como sustantivo, es femenino y designa un tipo de árbol:
  Hay que podar el haya del jardín.
  Se sentó a la sombra de una frondosa haya.
  b) halla
  Es la forma de la tercera persona del singular del presente de indicativo, o la segunda persona (tú) del singular del imperativo, del verbo hallar(se), que significa ‘encontrar(se)’:
  No sé cómo lo hace, pero halla siempre una excusa perfecta para no ir.
  La sede de la organización se halla en París.
  La flora se halla constituida por diferentes especies.
  Halla la hipotenusa del siguiente triángulo rectángulo.
  Obsérvese que en estos casos la palabra halla se puede sustituir por la forma encuentra:
  No sé cómo lo hace, pero encuentra siempre una excusa perfecta para no ir.
  La sede de la organización se encuentra en París.
  La flora se encuentra constituida por diferentes especies.
  Encuentra la hipotenusa del siguiente triángulo rectángulo.
  c) aya
  Es un sustantivo femenino que significa ‘mujer encargada en una casa del cuidado y educación de los niños o jóvenes’:
  Aún se acordaba del aya sabia y cariñosa de su infancia.
  La vieja aya seguía llevando a los niños al parque.

  Todas las formas del verbo echar (que significa, a grandes rasgos, ‘tirar’, ‘poner o depositar’ y ‘expulsar’) se escriben sin h:
  Siempre echo los papeles a la papelera.
  Si echas más sal al guiso lo estropeas.
  Hay que echar la carta al buzón.
  Tienes suerte si no te echa de aquí ahora mismo.
  El verbo echar forma parte de la locución echar de menos, que significa ‘añorar’:
  Te echo de menos.
  ¿Me habéis echado de menos?
  O de la locución echar a perder, que significa ‘estropear’:
  Siempre lo echas todo a perder.
  También de la perífrasis echar a + infinitivo, que indica el comienzo de la acción expresada por el infinitivo:
Siempre se echa a reír en el momento más inoportuno.
Casi me echo a llorar.
  Aunque se pronuncian igual, no deben confundirse en la escritura las formas echo, echas, echa, del verbo echar, que se escriben sin h, y las formas hecho, hecha, hechas, del participio del verbo hacer, que se escriben con h, al igual que el sustantivo masculino hecho (‘cosa que se hace o que sucede’), tanto cuando se utiliza como tal, como cuando forma parte de la locución de hecho (‘efectivamente, en realidad’):
  ¿Has hecho lo que te dije?
  Aunque iba con prisa, dejó hecha la cama.
  Ya están hechas las tortillas.
  El hecho es que hemos solucionado el problema.
  Quería olvidarla. De hecho, intenté no volver a verla.

Acento ortográfico frente a acento prosódico


La palabra acento es polisémica. En el sentido que nos ocupa en esta entrada, tiene dos significados: uno referido a la escritura y otro a la pronunciación. Por un lado, nos podemos referir con ella al trazo oblicuo que se marca sobre algunas vocales en la escritura, como en habló. Por otro lado, sirve para denominar a la especial fuerza con que se pronuncia una sílaba determinada de una palabra, como ocurre al pronunciar la sílaba -bló del ejemplo anterior.
Cuando alguien nos pregunta si solo tiene acento o si las mayúsculas llevan acento, por lo general se está refiriendo a la primera acepción, la que tiene que ver con la escritura. Existen para ella dos nombres técnicos que la designan inequívocamente: acento ortográfico y acento gráfico. Estas denominaciones específicas coexisten con la de tilde, que es más frecuente aunque menos precisa, ya que puede aplicarse también al trazo ondulado que corona la eñe. No obstante, la denominación tilde por lo general nos sirve para entendernos. El único acento gráfico que tiene uso en español es el denominado acento agudo, que es el que va de izquierda a derecha, como si dijéramos echado para adelante, véase: á, é, í, ó, ú. Es un error utilizar el denominado acento grave, que discurre en sentido contrario, y, por supuesto, el circunflejo (ô).
El acento en cuanto que especial hincapié en la pronunciación de una sílaba se denomina específicamente acento prosódico (el tecnicismo prosódico viene a significar aquí algo así como ‘de la pronunciación’). Todas las palabras, cuando se pronuncian aisladas, tienen acento prosódico. Lo normal en español es que una palabra contenga uno solo. La excepción son los adverbios terminados en -mente, que tienen dos. Esta excepcionalidad en la pronunciación es la que justifica que sigan una regla particular de acentuación gráfica.
La presencia de un acento en el plano fónico no siempre se marca en la escritura. Se hace, por ejemplo, en el caso de habló, pero no en el de hablo. Para decidir qué vocales se tildan y cuáles no, existen unas reglas que son convencionales y que dividen a las palabras en tres grandes grupos: palabras esdrújulas, llanas y agudas. Estas son las reglas generales, que constituyen el núcleo del sistema. Se complementan con otras reglas particulares para acentuación de los diptongos, de los triptongos y de los hiatos. Los monosílabos no se acentúan gráficamente, salvo casos de tilde diacrítica.
Entre el acento ortográfico y el prosódico se da una relación asimétrica. Una tilde siempre indica que la sílaba correspondiente se pronuncia con acento prosódico. El acento prosódico, en cambio, no siempre tiene reflejo en la escritura. Así, no hay ningún signo que nos indique explícitamente que la sílaba acentuada en la pronunciación de comer es la última. Y, sin embargo, nos basta con leer esta palabra para saber que esto es así. Esto se explica porque las reglas de acentuación gráfica están formuladas de tal modo que permiten saber siempre a partir de la escritura en qué sílaba recae el acento prosódico. Gracias a ello, podemos pronunciar correctamente una palabra con la que nos topemos en la lectura y que nunca hayamos oído.
Las reglas de acentuación ortográfica del español constituyen un sistema amplio y complejo. Para darse cuenta de ello no hay más que intentar escribir un texto acentuando correctamente o ponerse a corregir exámenes como estoy haciendo ahora mismo. Pero no es ese, ni mucho menos, el único sistema amplio y complejo con el que nos enfrentamos en nuestra vida. Por poner solo un ejemplo, no creo que las reglas del fútbol tengan nada que envidiarles a estas en amplitud y complejidad y, sin embargo, me consta que muchos de mis estudiantes las dominan a la perfección aunque no atinen a poner una tilde en su sitio. Todo es cuestión de interés.
Publicado por Alberto Bustos

martes, 18 de octubre de 2011

El uso de las letras b y v para representar el fonema /b/



La /b/ y la /v/ son letras propiamente españolas y representan el fonema /b/.  Eso está claro, no obstante hay un tema que se ha suscitado en clases en varias ocasiones y que resulta preocupante.  Se trata de que a pesar que sabemos que esas dos letra ( /b/ y /v/ ) representan el fonema /b/, en las escuelas los maestros insisten en pronunciar la /v/ labiodental y no bilabial como la /b/.
Debe quedar claro que no existe en español ninguna diferencia en la pronunciación bilabial sonoro de la /b/ y de la /v/.  Peor aún, la pronunciación de la /v/ como labiodental no es propia del español.  En la nueva Ortografía de la lengua española (2010) dice que  “es un error que cometen algunas personas por un equivocado prurito de corrección, basado en recomendaciones del pasado”, aunque desde el Diccionario de autoridades (1726 – 1739) se reconoce que los españoles no hacen ninguna distinción en la pronunciación de esas dos letras. Desde la Gramática de 1911  se establece que “ la pronunciación correcta de la letra /v/ en español es idéntica a la de la /b/, por lo que no existe oralmente ninguna diferencia en nuestro idioma entre palabras como baca y vaca, bello y vello, acerbo y acervo. Baca es el maletero que está en el techo de algunos vehículos de motor (camionetas y fugonetas, o sea, van y station wagon). Acerbo con /b/ es áspero, amargo, desagradable y acervo con /v/ es "conjunto de bienes morales o culturales acumulados por tradición o herencia". Por favor, háganle llegar esta información a los maestros de escuela.  Gracias.

Grafemas y fonemas


Los grafemas son las unidades básicas distintivas que componen la secuencia escrita, o sea,  las letras.  El abecedario o alfabeto contiene ahora 27 grafemas o letras ya que la /ch/ y la /ll/ se han eliminado como letras.  (Explicaré, más adelante,  la razón para esta modificación).
Como ha habido algunos cambios en el nombre de las letras  o grafemas paso a indicárselas.
1.     b, B      Se llama be 
2.     r, R       Se llama erre
3.     v, V       Se llama uve
4.     w, W    Se llama  doble  uve
5.     y, Y       Se llama ye

Recordarán que hasta hace poco a la /b/le decíamos be alta o be larga  y a la /v/ ve baja o ve corta (y hasta be de burro y ve de vaca) y a la /y/ la llamábamos i griega frente a la /i/ que le decíamos i latina.
Los fonemas no deben vincularse a la representación gráfica de los grafemas o letras ya que un mismo grafema puede representar varios fonemas. Y ¿qué son fonemas?  Fonema viene del  griego y quiere decir sonido de la voz. Fonema es la unidad fonológica más pequeña en que  puede dividirse un conjunto fónico, es decir, cualquier palabra. Los fonemas son limitados en cada lengua y a ese número limitado de fonemas corresponde un número ilimitado de sonidos. Esto es así porque los fonemas representan el patrón mental de un sonido: pertenecen al plano abstracto de la lengua. Ej. A rr o z.  Hay cuatro grafemas (letras) pero muchos fonemas.
La Academia de la Lengua Española lo explica así:
Cada una de las unidades fonológicas mínimas que en el sistema de una lengua pueden oponerse a otras en contraste significativo; p. ej., las consonantes iniciales de pozo y gozo, mata y bata; las interiores de cala y cara; las finales de par y paz; las vocales de tan y ten, sal y sol, etc. Dentro de cada fonema caben distintos alófonos.
Y se preguntarán ustedes qué son alófonos.  Alófonos son: 
  Cada una de las variantes que se dan en la pronunciación de un mismo fonema, según la posición de este en la palabra o sílaba, según el carácter de los fonemas vecinos, etc.; p. ej., la b oclusiva de tumbo y la fricativa de tubo son alófonos del fonema /b/.
Lo que esto quiere decir es que una misma letra dependiendo de su posición dentro de una palabra se pronunciará de manera diferente.  No se pronuncian iguales la /m/ de mamá que la /m/ de álbum.
Existen, pues, unas serias discrepancias entre los fonemas y las letras o grafemas. Veamos.
1.     El grafema o letra /r/ (erre)  es el que representa el fonema /r/ de pero,  de roto y de alrededor.
2.     La /w/ (doble uve)  representa la /u/ de web  pero la /b/ de wagneriano o de Wagner.
3.     La /y/ (ye) representa la /i/ en buey, pero /y/ en yo.
Tenemos, además, el dígrafo (signo ortográfico compuesto de dos letras para representar un fonema) en el caso de la erre.  Escribimos /rr/   (erre doble) en perro, carro, arroba, algarroba, arrogante… etc. Se dirá siempre erre /r/ y erre doble /rr/ dependiendo de su sonido, es decir, del fonema que represente.  Erre para caro, pero doble erre para carro; erre para pero, pero doble erre para perro…etc.

Examinemos, aunque ligeramente, otros conceptos afines.

1.     Lengua:  Idioma.  Sistema de signos orales que utiliza una comunidad para expresarse.
2.     Habla: El uso individual que una persona le da a su lengua. El habla es el acto individual de la voluntad y de la inteligencia en donde el hablante utiliza el código de la lengua para expresarse. Por la manera en que utiliza ese código (cómo articula los sonidos) podemos descubrir muchos datos sobre esa persona.
3.     Lenguaje: Facultad de hablar, de comunicar ideas.  Abarca factores físicos y psíquicos pues se vale de diversos modos o signos para comunicar una idea sin necesidad de articular palabras. Ej. Un gemido puede expresar dolor o placer; un grito, sorpresa o miedo; un movimiento de cabeza, la forma de mirar puede expresar odio, desprecio, amor, pasión…
4.     Ortografía:  Conjunto de normas que regulan la escritura correcta de una lengua. Es una disciplina lingüística que estudia los elementos constitutivos, los principios y las convenciones que fijan o modifican una lengua.
5.     Ortología: Disciplina que estudia y establece las normas de la pronunciación culta de los sonidos lingüísticos.
6.     Elementos del sistema ortográfico:
a.     Abecedario.  Consta, ahora, de veintisiete grafemas (letras).  Antes tenía 29 pero se eliminaron la /ch/ y la /ll/.
b.     Letras mayúsculas y minúsculas.
c.      Dos signos diacríticos: la tilde ( ‘ ) y la diéresis ( ü )
d.     Nueve signos de puntuación: coma, punto y coma, dos puntos, interrogación, exclamación, puntos suspensivos, paréntesis, comillas y raya.
e.     Signos auxiliares: guion ( - ), barra (signo gráfico vertical (|) u oblicuo (/) usado para separar), llaves ( { } ), apóstrofo( ‘ ), asterisco ( * ).
f.      Espacios en blanco
g.     Abreviaturas
7.     Valor social de la ortografía:
a.     La sociedad recompensa a quienes dominan esta disciplina con una imagen social buena.
b.     Une las lenguas por encima de las diferencias geográficas, nacionales, sociales…  etc.
c.      Es el soporte del conocimiento y de la educación
d.     Compañera inseparable de la escritura y la lectura.  
El Dr. Juan Lope Blanch nos dice que:  “Todos los hispanohablantes tenemos que cobrar conciencia   de la impropiedad de algunas de nuestras características  particulares regionales para subordinarlas a la norma hispánica general”.  También nos dice:  “Existe una norma hispánica general, supranacional, o acaso fuera mejor decir un ideal de norma lingüística, que sería el paradigma ejemplar al que los hispanohablantes tratamos de aproximarnos cuando pretendemos hablar o escribir bien”.

REGLA DE ORO


Significado de la palabra excusa: “Motivo o pretexto que se invoca o se utiliza para eludir una  obligación o disculpar alguna acción” (DRAE )

Sinónimos: evasiva, subterfugio, pretexto, escapatoria. (Sainz de Robles)

Parábola de la cena (Lucas14:15 – 24).  “Un hombre dio una gran cena y mando a invitar a muchas personas […] pero todas se excusaron.  El primero dijo: “Acabo de comprar un terreno y tengo que ir a verlo.  Te ruego me excuses”. Otro dijo: “He comprado cinco yuntas de bueyes y tengo que ir a probarlas. Te ruego me excuses”.  Y otro dijo: “Acabo de casarme y no puedo ir.  Te ruego me excuses”.  El criado regresó y se lo contó  e su amo. Entonces el amo se enojó y le dijo al criado: “Ve pronto por las calles de la ciudad y trae acá a los pobres, inválidos, los ciegos y los cojos […]  Ve por los caminos y los cercados y obliga a todos a entrar, para que se llene mi casa.  Porque les digo que ninguno de aquellos invitados comerá de mi cena”. 

Yo no he sido.  Excusas, disculpas y justificaciones que utilizamos para protegernos de Francisco Gavilán (escritor español) Dice Gavilán: “El ser humano tiene propensión a elaborar automáticamente – consciente o inconscientemente – excusas, disculpas, pretextos, justificaciones y argucias para neutralizar situaciones comprometedoras para él.  Estas estrategias son conocidas como mecanismos de defensa.  Son explicaciones ventajosas basadas, muchas veces, en trucos tontos y transparentes,  Otras, son justificaciones muy rebuscadas que intentan racionalizar un error cometido o defenderse de una acusación.  En cualquier otro caso, las excusas, por ilusorias que puedan parecer, permiten a la gente “salvar la cara”, “proteger su autoestima”, “apaciguar la propia conciencia” o “reducir la ansiedad que provoca una frustración” […]  Aunque muchos fabricantes de excusas saben – o intuyen – que detrás de estas hay realmente un conflicto psicológico, muy pocos están dispuestos a considerarlo seriamente”. 



            ¿Qué tengo yo que mi amistad  procuras?      
¿Qué interés se te sigue, Jesús mío
que a mi puerta, cubierto de rocío
pasas las noches del invierno a oscuras?

¡Oh cuánto fueron mis entrañas duras
pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío
si de mi ingratitud el yelo frío
secó las llagas de tus plantas puras.

¡Cuántas veces el ángel me decía:
Alma asómate agora a la ventana
verás con cuánto amor llamar porfía!

¡Y cuántas, hermosura soberana:
Mañana le abriremos – respondía –,
para lo mismo responder mañana!

                                                                                          Lope de Vega (poeta español 1562-1635)

Sobre los orígenes del español


ESPAÑA ROMANA: 218 a. C. - 409
El latín vulgar que se hablaba en la Península Ibérica durante la dominación romana se distinguía, entre otras cosas, por los sustratos*  de las primitivas lenguas ibéricas y celtas.  Las diferentes lenguas prerromanas habladas por los primitivos pobladores de España (los celtas, iberos, ligures, tartesios) fueron abandonadas  cuando Roma comienza la colonización a partir del siglo III a. C.  Desde ese momento en adelante toda las regiones (menos los vascos) fueron incorporando el uso del latín. No obstante, como les he dicho, restos de las lenguas primitivas fueron incorporadas por los invasores.  Por ejemplo cuando les hablo de iberismos me refiero a aquellos giros lingüísticos con que las lenguas iberas contribuyeron a la formación del español.  Lo mismo se puede decir de los celtismos.
Debe quedar claro siguiente: 1. Cuando comienza la colonización de la península por parte de Roma  en el 218 a. C. las lenguas que se hablaban allí (las de los primitivos pobladores)  fueron desterradas por el latín  y se comienza a hablar un “latín vulgar”.  2. Durante la dominación romana que dura hasta el 409 se da uniformidad lingüística,  o sea, se habla latín vulgar. 3.  La lengua latina, como les indiqué, ofrecía dos modalidades bien definidas: el latín clásico  o culto que lo hablaba y escribía solo una élite cultural y el latín vulgar que servía de expresión oral a la clase media y popular. Fue esta forma idiomática la que vino a sustituir a las antiguas lenguas aborígenes y la que aprendieron los moradores de la península de los colonizadores romanos.
PERIODO VISIGÓTICO: 409 – 711 (desde la caída del Imperio Romano en el 409  hasta la invasión árabe en el 711)
En el año 409 una serie de pueblos provenientes del Norte (vándalos, suevos, alanos, visigodos)  atraviesan los Pirineos e invaden la península ibérica. Acontece lo que llamé el “resquebrajamiento” (hendidura, rompimiento) del Imperio Romano, o sea, que estos pueblos que atravesaron los Pirineos son los responsables del derrumbamiento o caída del Imperio Romano.  Así que el periodo que cubre desde la caída del Imperio (cuando invaden los vándalos, suevos, alanos y visigodos)  hasta la invasión de los árabes en el 711, se conoce como el Periodo Visigótico. 
A partir de la fragmentación del Imperio Romano en reinos independientes se inicia un proceso evolutivo en el latín vulgar que da lugar a diferencias lingüísticas en las diferentes regiones del Imperio.  (Importante: el latín culto se mantiene inalterado.)  El latín  vulgar, el que se habla, continúa siendo el medio de expresión general de las provincias y los pueblos invasores (vándalos, suevos, alanos, visigodos) abandonan su propio idioma y adoptan el de los romanos (el latín vulgar) y a su vez, este latín vulgar es el que comienza a evolucionar y a diferir notablemente de región en región, tanto es así, que para el siglo VIII se comienza a hablar en la península un precastellano o romance rudimentario (muy elemental).

*Sustrato se refiere a la  influencia fonética y léxica que ejerce una lengua desaparecida sobre la lengua invasora en un determinado territorio.  En P. Rico por ej. cuando el español suplanta al taíno perduran palabras taínas como maíz, hamaca, batey, canoa, guamá …


Época  mozárabe (711 – 1140). 
La unidad lingüística de la península se ve de nuevo acosada con la invasión de los árabes (711) y la inmediata destrucción de la monarquía visigótica.  Con destrucción de la monarquía visigótica nacen una serie de dialectos que vienen a sustituir al prerromance que se hablaba hasta el siglo VIII en la península. Estos dialectos ofrecen formas idiomáticas peculiares en cada uno de los reinos que se constituyen.
Sabido es que el elemento árabe es después del latino, el más importante del vocabulario español.  El árabe aporta al español más de cuatro mil palabras.  De la guerra de los moros contra los cristianos tenemos muchísimas (atalaya, adalides, zaga, adarga, tambor…).  Los árabes eran magníficos agricultores e introdujeron decenas de vocablos relacionados con estos aspectos domésticos (acequia, aljibe, algarroba, zanahoria, azafrán, algodón, berenjena…) En la jardinería los árabes aportaron palabras como alhelíes, azucena, azahar… Hicieron aportaciones en las matemáticas (algoritmo, guarismo,…) en la farmacopea, en la astronomía, en las instituciones jurídicas, etc., etc., etc.
Para el siglo X se hablaban en España seis dialectos* de origen latino: leonés, navarro aragonés,  mozárabe, castellano, gallego y catalán. De todos estos, el castellano es el que presenta desde sus comienzos un carácter innovador diferenciándose de los otros que son mucho más arcaizantes. El dialecto castellano fue el que evolucionó con más rapidez y la región castellana fue la más innovadora en el lenguaje.

Época Castellana (1140 – 1600)
Acorde con las luchas político – religiosas iniciadas en Castilla , el castellano comienza a desplazarse y a proyectar su influjo sobre los otros dialectos  ya decadentes para, finalmente, erigirse en la lengua de toda España.  Los dialectos mozárabes iban desapareciendo al tiempo que los reinos cristianos iban conquistando  las regiones del sur.  Lo que ocurre es que el habla decadente de los mozárabes no pudo competir con la de los conquistadores.  La absorción se inició con la toma de Toledo en el 1085. 
Durante los siglos XI al XIII ocurre una intensificación inmigratoria ultra pirenaica en España, así que el desarrollo de la literatura peninsular se vio estimulada por los poetas franceses y provenzales (los naturales de Provenza que era una antigua provincia de Francia)  que venían en peregrinación a Compostela. De esta época data la introducción de numerosos galicismos como ruiseñor, doncel (hombre joven), doncella…
Los Cantares de gesta son las primeras manifestaciones que se conservan de esta época:  El cantar del Mío Cid (1140) y El auto de los Reyes Magos (composición dramática) y  otros.
Con Fernando III El Santo comienza el desarrollo de la prosa, pero no fue hasta que su hijo,    
         * Estructura lingüística, simultánea a otra, que no alcanza la categoría social de lengua.
Alfonso X El Sabio comienza a preocuparse por el idioma que el castellano llega a su plenitud.  Fernando III El Santo declaró el castellano como idioma nacional para asuntos oficiales pero fue su hijo, Alfonso X El Sabio, quien lo declara oficial para toda la península.  Es él quien con su intensa actividad científica y literaria ayuda a precisar, ampliar y unificar el castellano.
Atención:  El primer escritor preocupado por la lengua y por los procesos estilísticos surgió en el siglo XIV con la figura de Don Juan Manuel y su libro El conde Lucanor
La primera gramática se publica en el 1492:  Gramática Castellana  por Antonio de Nebrija y es un importantísimo paso para la fijación del idioma. (Esta publicación ocurre unos meses después de la rendición de Granada).
Con el reinado de Carlos V y su afán de que el español fuera una lengua universal se completa la unificación del idioma español.  Desde el siglo XVI se justifica el empleo del término lengua española en lugar de lengua castellana.

Sobre el tema de la @ arroba por Maia Sherwood

El símbolo del correo electrónico fue originalmente la abreviatura de una medida de peso que data del siglo 16.
Desde la llegada del correo electrónico, en Puerto Rico estamos experimentando una gran confusión. Se trata del nombre del símbolo @: ¿cómo se dice: arroba o aroba?
La contestación es “arroba”, con la doble erre o erre doble, también conocida como la vibrante múltiple, pronunciada con la punta de lengua repicando rápida y repetidamente en los alvéolos, que son el lomito tras los dientes en el paladar.
¿Se acuerdan de aquella rima con la que se enseña a los niños a pronunciar la doble erre: “erre con erre cigarro, erre con erre barril, rápido corren los carros, por las vías del ferrocarril”? Pues bien, esa es la misma doble erre de “arroba”. “Arroba” se pronuncia como “arrogante”, “arropar”, “arroyo”, “arroz”. No se pronuncia como “aro” o “aroma”. Y definitivamente no se dice “algarroba”, como se ha escuchado por ahí.
¿De dónde ha salido esta forma “aroba”? Francamente, no lo sé. Es difícil encontrar documentación escrita, por razones obvias: oralmente, hablamos de “arroba” o “aroba” para dar una dirección de correo electrónico, pero si estamos escribiendo, usamos el símbolo gráfico directamente: @. Por otro lado, todo parece indicar que la confusión está bastante restringida a Puerto Rico. No se incluye en ninguna de las fuentes panhispánicas actuales sobre dudas del idioma, mientras que sí se menciona en algunos escritos locales.

Lo que sí debe ser cierto de las personas que dicen “aroba” es que o no conocen la historia de la palabra “arroba” en español, o, si la conocen, no asocian la nueva “arroba” con la vieja “arroba”.
Resulta que esta palabra viene del árabe hablado en España “arrub”, que a su vez venía del árabe clásico “rub” y significaba ‘cuarta parte’. En España la “arroba” se convirtió en una unidad de medida de peso o volumen, que pasó luego a Hispanoamérica. Equivale a la cuarta parte del quintal, que es igual a 25 libras o 11.5 kilogramos. Mis informantes agrícolas confirman que en Puerto Rico todavía se usa para medir café e incluso ganado.
Esa es la historia resumida de la palabra “arroba” en español, pero ¿qué hay del símbolo @? Algunas fuentes indican que el signo @ se origina con los copistas de la Edad Media, que combinaban en ese símbolo las letras “a” y “d” de la preposición latina “ad”, que significaba ‘hacia’, ‘hasta’, ‘en’, cerca’, etc.
Sin embargo, la primera aparición de @ como abreviatura de la medida de peso, la documenta Giorgio Stabile, un estudioso del tema, en 1536. Se trata de una carta de Sevilla a Roma, escrita por un florentino, que describe los tesoros llegados de América en tres barcos españoles. Stabile alega que el símbolo era simplemente una “a” con cola larga y curveada, típica de la caligrafía mercantil. Para él, la @ simbolizaba tanto “arroba” como “ánfora”, medidas equivalentes en aquel momento, como se confirma en el Diccionario latín-español de Nebrija de 1492.
A partir de entonces, la @ se usó bastante en toda Europa. Stabile argumenta que luego el signo fue adoptado por países noreuropeos para indicar precios por unidad, con el nombre de “at”, abreviatura de “at the price of”. Por ejemplo, cinco manazanas a diez centavos se podía expresar “5 apples @ 10 cents”. De ahí que en 1885 se incluyera el símbolo @ en las maquinillas, inventadas en Estados Unidos.
Para el 1971, la tecla de @ todavía figuraba en las maquinillas, pero ya no se usaba mucho. Por eso, al técnico computacional Ray Tomlinson se le ocurrió usarla en el primer correo electrónico para separar el nombre de usuario y el sitio de Internet del servidor. Era la opción idónea: el símbolo figuraba en las maquinillas, no se usaba casi nunca, no causaría confusiones y su significado expresaba algo cercano a ‘en’. Fue un éxito instantáneo.
Hoy la @ es el símbolo más emblemático de la era digital. Los anglosajones la llaman “at”, nosotros usamos el nombre de la antigua medida de peso “arroba” –aunque resulte un poco absurdo– y las lenguas que no tenían el símbolo han inventado nombres metafóricos: en italiano se llama ‘caracol’, en alemán ‘cola de mono’, en danés ‘a con trompa’.
En Puerto Rico, la tenemos fácil: se llama “arroba”, con doble erre.
http://www.elnuevodia.com/diario/noticia/revistas/revistas/¿arroba_o_aroba?/412588